La buena mesa no es solo cuestión de servir una comida excelente. El dicho de que “comemos por los ojos” es totalmente cierto y está contrastado por distintos estudios científicos. La decoración en los platos y la presentación de los alimentos es un recurso básico de la buena cocina, así como una buena disposición del menaje y los elementos que componen el servicio. Decorar con un centro de mesa o unas velas puede crear un ambiente fresco o íntimo en una velada, pero no es necesario recargar la mesa con alguno de estos elementos para lograr un aspecto agradable. El gusto cuidado en el aspecto del menaje y su disposición en la mesa bastarán para lograr una buena impresión de los comensales: utilizar copas de vino grabadas, vajillas Cartuja o Vista Alegre y una cubertería Cruz de Malta darán sobre unos salvamanteles de colores ocre sobre mantel blanco darán un toque distinguido y elegante al vestir la mesa. Contar en el comedor con una pequeña nevera para vinos o armarios climatizados donde exponer las bebidas y las copas de gin tonic puede resultar muy práctico para tenerlo todo a mano y a la vez formar parte de la decoración. De esta manera, los invitados pueden admirar nuestra colección de vinos o elegir las bebidas disponibles que pueden tomar. Contar con comercios especializados como Cristafiel, Vinos y Climatizadores o Giona Premium Glass y el asesoramiento de sus profesionales puede ayudarnos a elegir el mejor menaje para nuestra mesa.
Debemos tener muy en cuenta que ningún elemento decorativo de la mesa debe ser un estorbo para que los invitados muevan los brazos y alcancen un plato, ni tampoco restar visibilidad para que todos los comensales puedan verse (cuidado con el tamaño de los centros de mesa y con la presencia de velas altas o candelabros). Debemos inclinarnos por la sencillez y la sobriedad en la decoración.
Si optamos por las velas, estas deberán ser blancas o colores crudos, sin olor, para no alterar la degustación de la comida. En ciertas festividades (como Navidad) se puede permitir el uso de velas de color para ir a tono con el evento. No olvidemos que el mantel y los salvamanteles (si los hay) debes estar bien planchados.
Es muy importante la actividad anterior a la comida, para lo que hay que tener dotes de anfitriones. Es importante no ser muy rígido con los invitados, aunque sí tener un protocolo claro en cuanto a dónde dejar las chaquetas, bolsos y otros bultos que puedan llevar consigo, sabiendo siempre los invitados dónde se encuentran por si los necesitan, informar de antemano dónde se encuentra el baño para que puedan lavarse las manos…
Disposición del servicio
– Se colocan tantas copas o vasos como bebidas se vayan a servir (es fundamental que la cristalería sea toda del mismo modelo), en orden de izquierda a derecha, empezando por el agua y continuando con los refrescos o zumos y bebidas alcohólicas de menor a mayor graduación.
– Lo ideal en cuanto a los cubiertos es colocarlos según sea necesario, de afuera hacia dentro: a la izquierda los tenedores y a la derecha los cuchillos. También a la derecha, en la parte de afuera, se coloca la cuchara si vamos a servir sopa.
– El plato del pan individual se coloca a la izquierda a la altura de las copas, y se sirve justo al comienzo del almuerzo o la cena (no antes), y se retira antes de servir el postre.
– El anfitrión servirá a cada invitado de pie desde su puesto, tras pedir el plato al comensal, y después dejará la bandeja de comida en el centro de la mesa, a la vista de todos los invitados por si desean servirse de nuevo. Las raciones no deben ser demasiado grandes, siendo correcto preguntar al invitado acerca de la cantidad que desea, sin ofrecer nunca más de lo que se pide.
– La servilleta puede colocarse sobre el plato o a la derecha de este.