El pescado bien tratado, no supone ningún peligro para nuestra salud. Los expertos explican que los pescados frescos deben conservarse en la nevera entre 1 y 4˚C.
Para conservarlo en el frigorífico, lo mejor es hacerlo en uno de los estantes inferiores, porque es la parte más fría del electrodoméstico.
«Si hemos comprado el pescado al corte, retiraremos el envoltorio y pasaremos el producto a un envase hermético, como los recipientes de cristal con tapa», explican Jesús I. Sánchez, presidente de la Asociación Española de Licenciados, Doctores y Graduados en Ciencia y Tecnología de Alimentos (ALCYTA) y la dietista-nutricionista Mayte López Díaz, tecnóloga de alimentos y parte de la junta directiva de ALCYTA.
Si quieres congelar un pescado debes preguntar al pescadero si este ha sido congelado previamente, porque no podemos congelarlo de nuevo.
Los profesionales de Frimavi, expertos en refrigeración industrial, explican que los productos cárnicos y de pescado son altamente susceptibles a la contaminación si se rompe la cadena de frío.
Solo hay dos maneras correctas de descongelar: en la nevera, o en el microondas. Para la primera, debes sacar del congelador con antelación el pescado, situar en la balda baja del frigorífico, y dejar que se descongele lentamente.
Si lo descongelas en el microondas, debe ser a muy baja potencia, sacando el pescado y girándolo, porque en este aparato las cosas no se hacen igual por todos los lados.
«Si compramos hoy un pescado, pasa dos días en la nevera, y después lo congelamos, va a durar menos que si lo congelamos nada más comprarlo», dice la tecnóloga de alimentos.
La experta explica que no es cierto que el congelado tiene menos nutrientes, o es de peor calidad. «Esto no es solo mentira, sino que tal vez sea al revés. El pescado ultracongelado se pesca, se limpia y viscera en el mismo barco, y se congela en un aparato muy potente», explica y concluye: «Si se respeta la cadena de frío, es un pescado de altísima calidad, mejor que si es fresco y lo congelamos nosotros en casa, pues no tenemos congeladores tan potentes».
Una vez esté descongelado y para que el pescado no pierda su textura, te aconsejamos que sumerjas el pescado en leche durante una hora antes de cocinarlo. Después, seca el pescado con papel de cocina absorbente y aliñalo con un chorrito de limón para que esté mucho más jugoso.
Sin embargo, a la hora de descongelarlo, uno de los errores más frecuentes es sacar el pescado del congelador y dejarlo a temperatura ambiente. Los expertos explican que de esta forma pierde agua y el producto se puede contaminar por bacterias.
¿Qué es la salazón?
También puedes optar por la salazón que es un método de conservación. En España puedes degustar la mojama de atún de Barbate, las anchoas de Santoña o la hueva de mújol del Mar Menor.
Los pescados en salazón se pueden presentar en el aperitivo. En algunos restaurantes de España se sirven acompañados de rodajas de tomate natural, frutos secos o aceite de oliva.
También puedes añadirlos en las ensaladas o, incluso, sobre unas tostas o acompañando una cazuela de migas. Los pescados que puedes comprar para realizar esta técnica son las anchoas, el atún, el bonito, las sardinas y el bacalao.
El bonito se presenta el pescado entero y abierto en forma de mariposa, sin embargo, las sardinas también se aprovecha todo el cuerpo, pero se mantiene intacto.
Gracias al uso de sal, el bacalao se mantiene en un estado óptimo durante varios meses. La salazón consiste en salar, lavar y secar los alimentos para reforzar su sabor y conservarlos. Este método de conservación también es apto para la carne de vacuno, frutas y verduras.
El diario ABC informa que «no podemos decir que las salazones sean ni más ni menos saludables que los fritos. Los fritos se caracterizan por tener un contenido más elevado en grasa que otro tipo de cocciones, mientras que la salazón se caracteriza por su contenido en sal. Por tanto, debemos procurar alternar estos alimentos con otro tipo de preparaciones y otro tipo de alimentos para que, en conjunto, nuestra alimentación sea saludable».
Para realizar este método de conservación debes realizar varios pasos:
–Limpiar: Primero limpia el pescado, así que para ello extrae las vísceras y deja únicamente la carne y la raspa.
–Apilar: Después, coloca el pescado extendido sobre una capa de sal de un centímetro, aproximadamente. Añade otra capa encima del pescado y empieza a intercalar ambos ingredientes hasta formar varias capas. Por último, coloca sobre los pescados un peso.
–Reposar: Deja que el pescado y la sal reposen durante una semana y media.
–Lavar: Lava el pescado con una mezcla de agua y vinagre.
Oreado: Coloca el pescado en un lugar al aire libre donde no le de el sol directamente.