El centollo se encuentra en el océano Atlántico, mar Mediterráneo y Cantábrico. Vive en fondos rocosos a más de 100 metros de profundidad. Este cangrejo de grandes proporciones
se protege por un caparazón rugoso y con espinas. Los centollos consumidos en España miden hasta 20 cm de diámetro, pero en Japón pueden encontrarse centollos de 60 cm.
Este crustáceo tiene cinco pares de patas. Es también conocido como cranca, bruño, changurro o txangurro, cámbara, araña, pateiro o cangrejo velludo.
Es un crustáceo braquiuro y decadópodo, perteneciente a la familia de los Majidae, es decir, la misma de los cangrejos. No nadan, pero caminan por el fondo.
Cuando son adultos tienen una fase migratoria en la que pueden llegar a recorrer hasta 100 Km. Contiene un alto grado de potasio, que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso.
Contiene zinc, necesario para el sistema inmunitario. Este mineral aumenta la libido y la producción de hormonas sexuales. Además, es rico en yodo, beneficioso para el correcto funcionamiento celular.
Este crustáceo aporta niacina, vitamina B6 y la vitamina E. Los profesionales de Marisco Galego explican que es un alimento rico en proteínas y con escaso contenido en grasas e hidratos de carbono.
Es idóneo para personas que estén inmersas en una dieta de adelgazamiento, ya que 100 gramos tan solo contiene 127 kcal. El Periódico explica que es «un manjar repleto de proteínas y ácidos grasos poliinsaturados, muy beneficiosos para reducir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre».
El macho y la hembra de este crustáceo tienen sus diferencias. Los expertos prefieren la versión femenina, porque la carne es mucho más suave y jugosa.
El sabor único de las centollas es el ‘coral’, que son las huevas. Javier Abelleira lleva más de 30 años saliendo al mar desde su pueblo, Corrubedo, a capturar estos crustáceos y explica: “A la gente le gusta mucho la hembra por los corales que lleva dentro. Es la parte más rica y tiene un sabor más intenso. Pero el macho, claro, si es bueno, las pinzas son enormes y traen muchísima carne, muy sabrosa”.
Para distinguirlos debes saber que la forma del abdomen que tiene el del centollo es más estrecho y alargado, sin embargo, el de la centolla es redondeado y abultado, ya que pone 15.000 huevos.
Otra diferencia física es las pinzas, las del macho son más grandes. También puedes observar que el centollo tiene las patas más recogidas, y las patas de la centolla están más estiradas.
Solo en el primer mes desde la apertura de la veda del año 2017, se lograron vender 250 toneladas de este crustáceo. En España, la centolla más consumida es la gallega, que se recomienda comer en los meses con «r» , es decir, diciembre, enero, febrero, marzo y abril.
Para distinguir el que es de las rías gallegas del que viene de Francia, no te pierdas cuáles son las particularidades de este producto gallego.
La centolla gallega tiene el caparazón oscuro y rugoso. Sin embargo, la francesa posee una tonalidad mucho más aclarada.
Las patas del centollo gallego son muy grandes, pero las del centollo francés resultan de menor tamaño.
Otro dato muy curioso es que el centollo gallego puede tener alguna alga adherida encima del caparazón, porque las rías gallegas poseen una enorme concentración de algas.
Valor nutricional (por cada 100 gramos):
Calorías: 127 kcal
Proteínas: 20,1 gr
Hidratos de carbono: 0 gr
Grasas: 5,2 gr
Colesterol: 100 gr
Hierro: 1,3 mg
Calcio: 29 mg
Zinc: 5,5 mg
Potasio: 270 mg
¿Cómo cocer centollos y cocinarlos?
La forma de cocción del centollo es muy importante para utilizar la carne en diferentes recetas. Para cocer centollos es aconsejable utilizar agua de mar, pero no siempre es posible, así que también puedes preparar el agua con una saturación salina similar a la marina. Esto es, 50 gramos por litro de agua. ¡No te pierdas los siguientes pasos!
Vierte 5 litros de agua en la olla, echa sal y remueve. Si el centollo está vivo, colócalo dentro de la olla y llévala al fuego hasta que hierva.
Es importante contar el tiempo de cocción. Sin embargo, si el centollo está muerto, colócalo dentro de la olla cuando el agua rompa el hervor.
Los expertos explican que el tiempo de cocción depende del peso del centollo. Si es de 1 kilo es aconsejable cocer este crustáceo durante 15 minutos.
Aumenta la cocción 5 minutos por cada medio kilo de más. Por último, deja enfriar el centollo ya cocido y una vez frío, extrae la carne. Con este marisco puedes preparar una ensalada con trocitos de este manjar o, incluso, algunos chefs preparan para sus comensales lasaña de centollo.