Uno de tantos mitos que circulan por nuestra sociedad y que parece que nadie puede desmentir ese ese de que “el pan engorda”. Es como cuando se cree que beberse el zumo de naranja recién exprimido te aporta más vitaminas que hacerlo treinta minutos después, un bulo sin fundamento que ya te ha demostrado repetidas veces que no es correcto. Pues con el pan ocurre lo mismo. El pan, amigos míos, no engorda ¿no os lo creéis?
Ningún alimento, ni siquiera un buen pastel de chocolate, puede hacernos engordar por sí mismo. Si solo comiéramos una porción de pastel de chocolate en todo el día no engordaríamos, el problema es que comemos eso y mil cosas más que, sumadas, nos dan un aporte calórico muy superior al que gastamos en 24 horas. De ahí podemos asegurar que el pan no engorda, lo que nos engorda es el cúmulo de calorías ingeridas a lo largo del día.
Además, y para más inri, el pan tiene un poder saciante elevado. Es decir, que si comemos pan, probablemente comeremos menos de otra cosa que puede que contenga un mayor índice calórico. Es decir, que si comemos el pan en su justa medida, puede ser hasta beneficioso para ayudarnos adelgazar. ¿Y cuál es esa justa medida? Pues según Hola.com y los expertos que la revista consultó, lo recomendable es consumir entre 220 y 250 gramos de pan al día en raciones de 40-60 gramos en cada comida.
En dietas de adelgazamiento, y siempre bajo la información que nos da esta misma fuente, lo ideal sería una cantidad mínima de 100 gramos al día. Cabe recordar que para delgazar debemos disminuir la ingesta total de calorías pero de forma proporcionada, de tal manera que mantengamos la estructura de una dieta equilibrada.
Fuente de vitaminas y fósforo
El pan tradicional de masa madre aporta hidratos de carbono complejos de absorción lenta, es decir, que nos aporta hidratos de carbono que nos dan energía a lo largo de todo el día. Nos aporta proteínas de origen vegetal, y apenas contiene grasa. Es fuente de vitaminas del grupo B y minerales como el fósforo, el potasio y el magnesio.
La Organización Mundial de la Salud aconseja consumir entre 275 y 375 gramos, una cantidad algo más elevada que la que recomiendan los expertos consultados por hola.com pero que sigue siendo aceptable.
Según Lluís Serra, coautor de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, «a pesar de que muchos profesionales recomiendan que los obesos excluyan el pan de su dieta, lo cierto es que la evidencia científica no apoya esta medida». Los resultados muestran que la mayor parte de los estudios revisados sitúan al pan en una posición neutra respecto a la obesidad, y al pan integral en una posición claramente ventajosa. De hecho, los investigadores afirman que las dietas sin hidratos de carbono «están deteriorando el patrón alimentario mediterráneo». «Lo que sin duda es necesario es reducir el consumo de azúcares y dulces en general, así como fomentar el uso de harinas menos refinadas, pero nunca reducir el consumo de pan», añade Serra.
Lo ideal sería comer la mayor porción de pan en el desayuno, o al menos así lo explica Terica Uriol, nutricionista reconocida, en un artículo del ABC, pues este alimento nos aporta energía para todo el día, pero tampoco hay que dejar de comerlo el resto del día, sólo reducirlo ligeramente.
También hay que dejar claro que es mucho mejor comer pan integral o pan blanco cocinado con masa madre, a la antigua usanza, que los panes blancos refinados actuales que se venden en casi todos los establecimientos e hipermercados. El pan de molde, concretamente, es uno de los panes más perjudiciales, pues es más procesado y contiene grasas añadidas en su composición que no son necesarias en otro tipo de panes.
Por ende, el mejor pan sería el menor procesado posible: pan integral (para evitar el estreñimiento), pan de centeno (con alto contenido en hidratos de carbono de absorción lenta), pan de espelta (con alto contenido de fibra ayuda a regular el tránsito intestinal), pan de malta (con azúcares de fácil asimilación como la glucosa y la fructosa), pan multicereal (gran número de cereales), pan kamut ( rico en antioxidantes) y pan de wasa (con avena, germen de trigo y semillas de sésamo).