Al comprar electrodomésticos con los que vamos a conservar y manipular alimentos debemos tener en cuenta que la calidad de estos va a influir, no solo en el sabor del alimento a degustar, sino en su salubridad, ya que al manipularlo en casa, ya sea conservándolo en un frigorífico o utilizando bolsas térmicas para pizzas que almacenen el calor, alteramos su composición tanto física como química y podemos promover con ello la proliferación de enfermedades. Por ello hemos de comprar electrodomésticos y utensilios de calidad, confiando en en marcas de probada reputación, como Kitchenit o Islineto.
Siempre que nos planteamos problemas de salubridad en cuanto a los alimentos, pensamos en la calidad de las materias primas, pero poco en su conservación o manipulación en los hogares, cuando en realidad las bacterias se transmiten a través de las manos, los cubiertos, los equipos de cocina y los utensilios que utilizamos en la cocina a los alimentos sanos.
Las enfermedades que se transmiten de este modo son la salmonelosis, el botulismo, la hepatitis, la fiebre hemorrágica, la triquinosis, la equinostosomiasis, el cólera y el ergotismo.
Pero en el hogar también contaminamos nuestros propios alimentos a través de las partículas de metal que se desprenden de los utensilios (ollas, sartenes…), equipos de cocina como hornos o frigoríficos… Cada uno de estos utensilios y aparatos están fabricados con metales (acero inoxidable, aluminio, antiadherentes) que aportan importantes ventajas, pero también inconvenientes que pueden afectar a la salud de lo que comemos, ya que la ingesta prolongada de metales pesados en la dieta puede acarrear numerosas consecuencias en nuestra salud. Mantener los utensilios solo cuando están en perfectas condiciones y sustituirlos cuando vemos que empiezan a tener ralladuras que pueden hacer que se desprenda el material durante la cocción, cambios de color o quemados ayudarán a prevenir este tipo de contaminación.La contaminación química se está convirtiendo cada vez más en la más importante y peligrosa, debido a la presencia en los alimentos de metales, plaguicidas y fertilizantes. De ahí la moda de la alimentación ecológica y biológica.
En cuanto a los electrodomésticos, la limpieza periódica es fundamental, ya que en el interior de frigoríficos y hornos puede haber derramamiento de líquidos y absorción de olores y sustancias que se queden impregnadas en ellos. La limpieza de los estantes y del interior de horno debe realizarse una vez por semana. Además, colocar sodio o bicarbonato en el fondo del frigorífico ayudará a la absorción de olores. En el horno es importante raspar los alimentos desprendidos y pegados a su superficie que se han quemado, para evitar que durante futuras cocciones la comida se “ahúme”.