Si trabajas en la hostelería y pretendes hacerte un hueco en el mundo de la restauración de calidad seguro que conoces HOREQ, el salón profesional de proveedores para la hostelería y el sector turístico por antonomasia en nuestro país. Para que os hagáis una idea os diré que exponer en sus ferias sale más rentable que un anuncio de televisión en hora punta y estando en emisión el programa más visto de la temporada.
Este año, más de 200 empresas presentan en HOREQ 2016 las novedades de la hostelería profesional en Madrid y os puedo asegurar que las que han conseguido meter la cabeza ahí deben estar más contentas que unas castañuelas en las manos de mi sobrina, que cuando empieza a tocar no hay quien la pare.
Hace dos años fue la última vez que estuve allí y la verdad es que me arrepiento de no haber podido estar en 2015 porque de aquella visita saqué una relación profesional con uno de los mejores proveedores de marisco nacionales y con la mejor empresa de servicios de limpieza especializados en el sector hostelero, Servinet del Vallés, con quienes tengo hoy en día una relación laboral inmejorable porque me ofrecen los mejores servicios al mejor precio, os los recomiendo totalmente.
El problema de HOREQ es que lleva dos años coincidiendo con FITUR y esto le quita mucho movimiento porque FITUR atrae a muchísimos empresarios año tras año y daña enormemente los eventos que se organizan para las mismas fechas.
En mi restaurante buscamos calidad y precio, probablemente como cualquier otro, pero la diferencia que nos hace únicos es que preferimos perder precio que calidad y por eso nuestros clientes siguen viniendo a cenar a nuestras mesas, porque son conscientes de que el producto que les ofrecemos es siempre el mejor, a pesar de que podamos perder dinero.
Esto puede hacernos pareces tontos porque muchos pensarán que acabaremos perdiendo demasiado y que a la larga acabaremos por tener deudas que no podremos solventar pero están muy equivocados porque mantener nuestros precios, a pesar de que encarezca el producto, hace que la mayoría de los clientes repita y se vuelva un asiduo a nuestro establecimiento por lo que, cuando el precio baja y ellos siguen viviendo a comer nuestros menús, le ganamos el doble y no es ningún truco de magia, es contabilidad muy pensada.
De este modo, nuestros clientes están encantados porque acaban comiendo menús de excelente calidad y con una presentación inmejorable a precios muy asequibles durante todo el año en relación calidad-precio sabiendo que, aunque vengan en Navidad, Agosto o Semana Santa seguiremos ofreciéndoles lo mismo.
Y es que a veces hay que perder para poder ganas y es muy beneficioso contar con una clientela fiel que te recomendará a sus familiares y conocidos haciendo que esa misma clientela siga subiendo, año tras año.