Por regla general soy una persona que no suele estar muy a favor de la moda. Normalmente cuando alguien nombra la palabra “tendencia” me provoca alergia, sarpullidos que sólo yo soy capaz de ver y que muy poca gente percibe y esto es porque, en mi opinión, lo único que consiguen creando modas que van y vienen es que no seamos nosotros mismos, no nos dejemos llevar por lo que realmente nos gusta y acabemos siguiendo a la masa como borregos detrás de una zanahoria. Sin embargo, algunas veces (pocas) he re conocer que hay modas que traen muchos beneficios.
Hoy en día parece que una parte de la población ha optado por la agricultura ecológica y el producto fresco por encima de los alimentos procesados y la carne y el pescado congelado algo que, en mi opinión, es una moda más pero que, en esta ocasión, trae consigo situaciones muy positivas.
En la cafetería a la que acudo cada mañana a almorzar en mi descanso del trabajo llevan trayendo naranjas frescas para los zumos de los desayunos desde hace años y son tan buenas que hasta yo he empezado a comprar a la empresa que las comercializa. Se trata de Naranjas Al día, una asociación de agricultores valencianos que después de décadas cultivando los mejores cítricos decidieron saltarse los canales de distribución para llegar directamente al consumidor final. Del árbol a tu mesa, nunca mejor dicho.
Cuando los conocí, hace años, fui una de las primeras en confiar en ellos para comprar cítricos pero ahora tienen tanta demanda que han tenido que expandirse para poder cubrir los pedidos que su clientela hace semanalmente. En la actualidad, cada semana llegan a mi casa naranjas, mandarinas, manzanas, legumbres al peso y varias verduras como pimientos y zanahorias directamente del campo por medio empresas de agricultores que asociaciones como Naranjas Al día han puesto en marcha y, como yo, muchos restaurantes hacen lo mismo por dos motivos: el primero es satisfacer al público que sigue la moda sana de comer de manera ecológica y con producto fresco, y el segundo porque el sabor de los platos cambia notablemente mejorando la imagen del restaurante y la calidad de su menú.
Beneficios de comprar producto fresco al agricultor local
Pero, lo mejor de todo es que hay muchísimas más razones positivas por las que pasarse al consumo ecológico y local merece la pena.
- Consumir productos locales es beneficiosos para la economía local.
- Los productos locales llegan más frescos a tu mesa porque pasan por menos intermediarios y distribuidores y, por tanto, pasan menos tiempo en cámaras frigoríficas.
- Los alimentos saben mejor porque un productos que fue recolectado ayer tiene muchos más sabor y más propiedades nutricionales que uno recolectado hace semanas.
- Al llevar menos tiempo fuera del árbol tardan más en estropearse y duran más en nuestras neveras.
- Comer de manera ecológica ayuda a nuestro planeta porque reducimos las emisiones de gases contaminantes.
- Comemos productos de temporada que son los más económicos y los más sanos.
- Apoyamos más al mercado de agricultores y menos a las grandes multinacionales.
- Conoces la procedencia de los alimentos que consumes.
- Apoyas al desarrollo sostenible.
Compramos la cantidad de alimentos que realmente necesitamos, evitando así tantos desperdicios.