Cuando compras una vivienda de segunda mano sabes que vas a tener que hacer alguna reforma para que quede a tu gusto, pero mi piso la verdad es que no necesitaba una reforma parcial, sino total. Había que ponerse a ello, ya que no se podía entrar a vivir así como así. Está en la zona de Tibidabo.
Aunque la zona era buena por la posibilidad de hacer deporte o dar un paseo en plena naturaleza, lo cierto es que el piso ya tenía sus años, por lo que hubo que actuar en profundidad. Uno de los puntos donde más empeño le pusimos fue en la cocina. Aunque la gente suele poner mucho énfasis en el comedor, no solo de esto vive el hombre.
La cocina si uno se para a pensarlo, es un lugar donde pasamos mucho tiempo a los que nos gusta el buen yantar. Teníamos claro que queríamos una cocina acogedora, pero no sabíamos dónde llamar. Un compañero de trabajo nos aconsejó que lo hiciésemos con Alvimodul, una empresa de instalación de cocinas a medida.
La verdad que entrando en la web nos dieron una inmejorable sensación. Se veía que eran conocedores en profundidad de lo que hacían y nos dispusimos a contactar con ellos. Muy amables nos fueron mandando por correo una serie de alternativas para hacernos una idea. Al final vistas las posibilidades, les dijimos que queríamos que la hiciesen ellos y que se pasasen por nuestra casa para hacer las medidas y ver las posibilidades existentes.
Cuando llegaron se pusieron manos a la obra y luego, ellos hicieron unos ejemplos en realidad virtual para que pudiésemos ver cómo quedaría. Optamos por una cocina donde primaba el blanco y el rojo, nuestros colores favoritos. En una semana y pico montaron todo. Ya teníamos nuestra cocina y el resultado fue magnífico, muebles de verdadera calidad y con fuste.
La calidad tiene un precio
No queríamos ahorrar en estos temas y sabemos que la calidad de verdad, se termina pagando. Mejor pagar algo más y que el producto sea mejor. Será por haber estado residiendo en muchos pisos de alquiler viejos, que no teníamos ganas de seguir aguantando sitios de calidad deficiente.
En el resto de la casa también supimos rodearnos de personal competente y la verdad que creemos que tenemos casa para unos cuantos años. Lo mejor que tiene la zona es la situación y la verdad que hemos preferido quedarnos aquí que haber comprado un piso en las afueras. Mi pareja y yo trabajamos en el centro de Barcelona y no queríamos tirarnos 2 horas entre ida y vuelta todos los días, por no hablar del gasto mensual que supone.
Llega un momento en el cual hay que ser práctico y mirar lo que realmente te conviene más y pensamos que nuestra opción al final ha sido la más inteligente. Ahora disfrutamos de una casa que literalmente ha sido hecha a medida y a capricho.
Podíamos habernos ahorrado más dinero en la reforma, pero la calidad de los materiales y el no haber tenido ni un solo problema con los profesionales nos ha compensado. La calidad se paga, pero a la larga es un acierto.